Esta es una de las palabras que más me gustan, particularmente por la locución adverbial que se forma con ella.
antonomasia
- f. Ret. Sinécdoque consistente en emplear un nombre apelativo en lugar de uno propio, como en el Filósofo por Aristóteles.
por antonomasia
- loc. adv. Denota que a una persona o cosa le conviene el nombre apelativo con que se la designa, por ser, entre todas las de su clase, la más importante, conocida o característica.
Es decir, se sustituye el nombre propio del objeto nombrado por una expresión que se obtiene a partir de una característica, no necesariamente privativa, del objeto en cuestión. Por ejemplo, a la Ciudad de México también se le conoce como La Ciudad de los Palacios, esto es una antonomasia.
En algunos círculos de aficionados a la obra de J. R. R. Tolkien, autor de El Señor de los Anillos y el Silmarillion, al escritor se le conoce como El Profesor. He ahí otra antonomasia.
Desconocemos el nombre verdadero del asesino serial que asoló Inglaterra a finales del siglo XIX, quien ahora es conocido como Jack El Destripador, debido a su inconfundible «marca» de remover las vísceras de los cadáveres de sus víctimas.
Ya me entienden.
Las antonomasias nos rodean y es bueno saber que así se llaman.